martes, 14 de marzo de 2017

Sueños para mi centro

Sueños para mi centro


Hace algunos años estuve trabajando en un centro de las tres mil viviendas, en Sevilla. Debido a la localización del centro, el alumnado era en su inmensa mayoría de etnia gitana y sus familias desestructuradas. Por ello me encontré con chic@s a los que les costaban seguir ciertas normas básicas de convivencia, no solo con los profesores, sino entre ellos mismos. Por todo esto, me gustaría que aprendieran a respetarse, en todos los sentidos, no solo físicamente (ya conocemos sobradamente la crueldad de los niños con aquellos que tienen algún defecto) sino de pensamiento. De ese respeto nacería una predisposición a convivir en paz dentro del instituto y fuera de él. También me gustaría que las familias fueran conscientes de la importancia de la educación de sus hijos, y voy más allá, también de escucharlos y estar con ellos. Sí, este sería mi sueño para mi instituto: que las familias se preocupen más por sus hijos. Hace poco leí en Facebook una frase que me gustó. Decía algo así como "La escuela es mi segunda casa, pero mi casa es mi primera escuela". Para conseguir que las familias se involucren primero tiene que haber un interés por su parte, porque sin esto no hacemos nada. Si lo tenemos, podemos incluirlos en las actividades extraescolares y preocuparnos de que estén informados sobre sus hijos. Esto es lo que más eché en falta mientras estuve allí, porque aún recuerdo con pena la falta de atención y cariño que tienen muchos chic@s a los que di clase. Si te acercas a ellos y los escuchas, logras rápidamente su cariño y su respeto, porque en casa nadie se preocupa por ellos.

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